domingo, 22 de abril de 2012

CALABOZO, BARRANCO Y CASERÍO DE (SANTA MARÍA DE GUÍA)

Actualización: 22/03/2016
El topónimo de este lugar como caserío se le menciona en las Constituciones, y nuevas addiciones Synodales del Obispado de las Canarias de Pedro Manuel Dávila y Cárdenas del año de 1737, a las que hizo Cristóbal de la Cámara y Murga en el año 1629, cuando al describir a Guía menciona el pago de El Calabozo con ocho vecinos, aproximadamente unos cuarenta habitantes. Igualmente es mencionado en la descripción de Guía realizada por Viera y Clavijo.

Panorámica del barranco (Rafael Peñate Navarro)
Lugar situado entre la Dehesa de Tamara al norte, y, Abalos, Tres Palmas y el Lomo de las Azucenas al sur, flanqueado al naciente por Las Crucitas y al poniente por El Alberconcillo, donde se localiza un asentamiento diseminado de la población, atravesado de sur a norte por el barranco de los Solapones, que al igual que la presa allí construida toma el nombre del lugar de Calabozo, serpenteando su cauce encajado en el relieve cuando deja atrás la presa.

A la altura de La Dehesa, el barranco recibe las aguas de su tributario de naciente el barranquillo de la Guardia, para más abajo a la altura del Risco Alto del Cabro recibir las aguas de dos pequeños barranquillos de poniente que nacen en las vertientes de la Montaña Clavijo, donde se localiza el pago de El Gallego, desaguando el barranco en la presa de Valerón.

Aguas abajo, a la altura del Cenobio de Valerón, el barranco de Calabozo recibe las aguas de su tributario el barranco de Valerón, de pequeño tamaño pues nace en Tres Palmas donde se construyó otra presa. Este tributario recibe el nombre por discurrir por el lugar de Valerón, formado por los riscos y vertientes entre la presa de Valerón, y, entre Las Conejeras y la Fuente Conejo.


Cantonera y acequia (Fedac)
Continúa el barranco de Calabozo, aguas abajo, hasta el lugar llamado Junta de los Barrancos, donde confluye con el barranco del Hormiguero, pasando a ser ambos el barranco de San Felipe para desaguar en el mar junto al pago homónimo, dejando una  gran superficie de drenaje que ha sido aprovechada para el cultivo. 

El barranco de los Solapones nace en la Hoya de María, en la vertiente norte del Lomo de Bascamao, y antes de llegar al lugar de Calabozo recibe por el naciente dos tributarios, barranco de Verdejo y barranco de Bracamonte.

En la isla hay otro barranco de Valerón, que nace producto de la división  en dos cuencas del barranco del Caidero, al sur del pago de San José del Caidero, y recibe su nombre por discurrir por la llamada Hoya de Valerón, al norte de Chirino, entre Montaña Pelada y Montaña del Lance, todo ello en el antiguo "Facarcas" de Gáldar. Aguas abajo discurre por Los Llanos de Agaete hasta tributar sus aguas al barranco del Juncal. 


Horno de tejas (Fedac)
Estas denominaciones distintas son confundidas incluso por los lugareños, desde la lógica histórica del topónimo de este lugar que empezó a documentarse a finales del siglo XVII, todas ellas fundamentadas en viejos protocolos notariales que en ocasiones se confunden las transcripciones con el paso de los siglos. Inclusive el IDE Gran Canaria, al cauce del barranco de Calabozo a partir de la presa de su nombre, vuelve a llamarle barranco de los Solapones.

Las tierras en este lugar fueron propiedad del Convento Dominico de Las Palmas, teniendo su origen posiblemente en una donación. Con la desamortización de los bienes eclesiásticos, salen a remate las seis fanegas y seis celemines el día 26 de agosto de 1841, siendo adquirida la «Suerte en Calabozo con una cueva» por Francisco Tobar, vecino de Guía, por 8.500 reales de vellón.

Calabozo o calagozo
El topónimo puede tener su origen en el apellido Calabozo, que tiene escudo heráldico, pero, dado que el lugar era una de las entradas al la antigua montaña de Doramas, es mucho más probable  que se deba al aparejo agrícola así denominado que, según la DRAE, es un «Instrumento de hoja acerada, ancha y fuerte, para podar y rozar árboles y matas» muy utilizado en la antigüedad, pues ya desde 1531, las Ordenanzas del Concejo obligaban de alguna manera su utilización, para que el árbol no muriera, cuando establecía que «… se podía cortar leña por parte de los vecinos de Las Palmas y Telde usando hacha o calabozo sin arrancar de raíz el lentisco…».

Los antiguos "cortadores" que se encargaban de ir a buscar la leña para los ingenios azucareros mencionaban en algunos contratos que firmaban a tal fin «las herramientas de estos cortadores, tales como el azadón, el calabozo o el pernal» tal como se dice en el legajo 887 del año 1582 del escribano Bernardino Rosales (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

También está catalogado un antiguo topónimo de El Calabozo en la vertiente de poniente del barranco de La Culata de San Bartolomé de Tirajana; y otro más en la vertiente de naciente del barranco de la Colgada, cerca del Mirador de Guriete, de Santa Lucía de Tirajana.

Localización en detalle (IDE Gran Canaria)
Localización (IDE Gran Canaria)


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